-Un cubo de playa.
- Piedras variadas, en forma, color y tamaño.
-Algas marinas.
-Agua del mar (da igual si es océano, también vale).
-Orina de tres hermanos.
-Heces de perro secas flotando.
-Arena.
Modo de preparación:
Orinen tres hermanos en un cubo de playa, para evitar hacerlo en cualquier otro sitio (el padre confiesa haberlos visto mear a los tres en el cubo, pero, parece ser que había entrado en fase Zen, y los ha dejado hacer...), busquen el resto de ingredientes guiados por un cabecilla exigente y dos esbirras encantadas de la mezcla, remuévanlo todo y ¡vualá!, la poción estará lista para aquel que la necesite.
Yo mientras, fregaba el suelo de la casa, pero, al llegar al lugar de los hechos, he decidido firmemente y sin duda alguna, tirar al contenedor de la basura el cubo de la Barbie y todo su contenido.
Espero que los buscadores profesionales de basuras no lo empleen para sus hijos o para uso personal...
Por lo demás, el día ha transcurrido según lo previsto, y hemos tomado tarta para merendar , en celebración de mi falso Santo (bueno, todos no, el mayor ha vuelto a merendar un vaso de leche con cereales, por haberle propinado a la pequeña un sonoro bofetón facial, del cual se ha arrepentido profundamente tras un rato de reflexión, quedando, de todos modos, el pastel reservado hasta mañana).
Después, al baño, y con el padre a la bolera, para que yo disfrute de un buen rato de paz espiritual, que estoy aprovechando para escribir un poco para mis lectores del mundo (los hay de todos los países, un saludo a todos).
P.D. Dado que el "Diletante apresurado" cena aburridísimos bocatas de mortadela de un euro, le propongo dejarle a mis hijos, para que le preparen un bocadillo en condiciones...