No sería justo ignorar la muerte de la segunda roedora, cuando el éxitus de la primera, ocasionó gran parte de la idea de este blog.
Por ello, pasaré a relatar este reciente fallecimiento.
Era una mañana del mes de Mayo, mes de las flores, las comuniones, algunas bodas, y, en este caso, algún que otro óbito, cuando, al salir a limpiar el patio , lo que denominaríamos asistenta (de la cual se podrían escribir cientos de capítulos paralelos...), detectó un olor extraño, algo rancio, y decidió ubicar la causa, buscando primero en la jaula de canarios y jilgueros, que han sufrido numerosas bajas este invierno, por culpa de Neumonías u otras enfermedades , llevándose por delante más de la mitad de la población ( de lo cual, no me quejo, si he de ser sincera...).
Acto seguido, y tras comprobar que estaban todos en sus posiciones habituales, movió la jaula de la preciada hámster, y empezó a llamarla por su nombre: Lola, Lolita, Lola... pero la Lola no respondió, porque debía llevar tiesa bastantes horas.
Agradezco no haberla visto por estar trabajando, porque ya tuve bastante con ver a la primera, tan disecada ella, y es mejor recuerdo que esta, que ya estaba en estado de descomposición aparente...
Me queda la conciencia bien tranquila, puesto que yo no he tenido culpa alguna en esta ocasión, porque ni le daba el sol, ni le faltaba agua o comida.
El meollo de la cuestión llega así como cuatro o cinco días después, cuando la mediana descubre que su Lolita ya no estaba entre nosotros, y decide llorar a moco tendido, sin tener claro la localización de su ratita. Es entonces cuando su hermana pequeña, la de cuatro años y carita de ángel le dijo: ¡que está muerta, pringá!.
El mayor, intentó consolar a la interfecta diciéndole que estaría en el cielo, con las estrellas, pero la pequeña , en un alarde de realismo extremo, insistió en dejarle las cosas claras y añadió a la conversación entre hermanos: no está en el cielo, ¡los muertos están en el cementerio!.
No digo yo que no tenga razón en sus afirmaciones, pero con su edad, tal vez debería ser algo más tierna.
Me da la impresión de que aquellos que se interpongan en el camino de mi nenita lo van a tener pero que muy crudo.