sábado, 24 de marzo de 2012

Soltera

Duermen, por fin.
La pequeña sigue sollozando en sueños, tras tirarse más de una hora de reloj llorando (no, no es una forma de hablar, se trata de una hora real, con sus sesenta minutos y correspondientes segundos). El motivo, da igual, porque se trata de llorar por gusto, pero en este caso la excusa era que quería la caja donde va la vacuna del hermano, a la que preferiría que no accediera, para no desperdiciar 100 euros, si cayera al suelo y se rompiera.
El día empezó tiznado, como siempre, con la mediana en mi cama, queriendo desayunar a la hora en que otros muchos se recogen a dormir.
Intenté que se divirtieran disfrazándose, para lo cual , subí la pesada caja con disfraces al piso de arriba. Error de nuevo, porque nada les contenta, sacando todo de la caja, sin aclararse ni con el disfraz que querían ponerse, pisándolo todo, y en medio del desconcierto, entrando y saliendo del cuarto de baño, para realizar actos tan viles como el del mayor, que creyendo que se iba a poner colonia en el pelo por su cuenta, ha estado a menos de medio segundo de echarse el quitaesmaltes de la abuela.
Desesperada, los he vestido (acto tedioso y descortés que no voy a describir), y hemos salido a la calle, en busca , realmente, de encontrar a alguien por el camino que quisiera hacerse cargo de ellos, llevándome mis pasos hasta la Biblioteca Regional.
No vayáis a creer que han sido capaces de leer nada. Han desbaratado de su sitio un sinfín de libros, han meado, se han lavado las manos , pese a decirles que no lo hicieran, y cuando decidía volverme, ha aparecido mi salvación: alguien vestido de triángulo verde, denominado "Mec, Mec", ha cogido a todos los niños, cual flautista de Hamelin, y los ha metido en una habitación cerrada a cal y canto, con cristaleras tapadas por cortinas, para contarles un cuento y que dibujaran una hora.
Mis plegarias habían sido escuchadas...qué paz y sosiego interior he disfrutado.
Entonces, he pensado en lo bien que estaría soltera (de ahí el título de este relato), con todo el fin de semana que tenía yo libre, y para lo que me he quedado...
Al acabar, de nuevo los problemas: han salido de rotulador hasta las pestañas. Bueno, no todos han salido. La mediana, yacía en el suelo llorando por no haber terminado de pintar el monstruo verde moteado, y me ha costado sacarlos del lugar un buen rato.
Por el camino, he sido obligada a comprarles un chupchups, y no contento con ello , el mayor, se ha dedicado todo el camino de vuelta (y también el de ida) a pedir cosas para que se las comprara, a la vez que a la pequeña se le caía el caramelo al suelo y rompía a llorar y moquear. Lo de tirarlo a la basura no valía, porque se encabrona más y me toca llevarla en brazos hasta casa (cosa que al final ha ocurrido, de todos modos, para conseguir llegar y obligarlos a dormir la siesta bajo gritos y amenazas...), por lo que me he metido con ellos en una panadería, para que se lo lavaran bajo el grifo, aprovechando mientras, todos, para pedir de nuevo que les comprara aquello que veían, subiéndose al mostrador, solicitando agua, consiguiendo, al final, que yo le dijera al muchacho que no tuviera hijos nunca, saliendo de allí cada vez más exasperada.
Hemos llegado, y tras comer y acostarlos, he decidido echarme a la calle, (siempre gracias a mi suegra), para quedar con la segunda principal comentarista de mi blog, y tomarnos un café y comprarnos ropa de lo menos glamourosa o cara, porque total, a donde salimos, con ir limpias es más que suficiente...
Por cierto, mi marido ha pasado todo el día fuera, con uno de los cubanos que duermen en mis camas cuando "les sienta mal la bebida" ( un saludo a ambos), con una excusa de lo más peregrina. Mañana, por supuesto, tiene guardia, lo que dará seguro para otra historia de madre desquiciada.

1 comentario:

  1. Debo decir que el título original era " soltera y sin ovarios".
    Tras esta introducción diré que la tarde comenzó con un capuccino y un rosco que terminamos de digerir cuando atacamos una muffin de chocolate que nos va a durar una semana en el estómago y toda una vida en las caderas. Y el glamour..... A 7€. No digo más.

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