Sí, hasta Agosto, estamos de vacaciones.
Vacaciones, cuyo significado podréis buscar en la Wikipedia encontrando lo siguiente: período de tiempo variable, en el que no hay colegio, aunque se sigan levantando a las siete de la mañana los acuestes a la hora que los acuestes, encerrados en casa todo el día, gritando, peleando, chinchando, volviendo a gritar, sin parar de hablar un momento, revolcándose por los sofás, saltando por las camas, pegándose, arañándose, cagando cuando la mamá intenta desayunar las tostadas ya frías, pidiendo agua todos si me intento sentar a comer, desobedeciendo cada segundo de sus existencias, no escuchando nada de lo que se les dice, o bien, como segunda opción, saliendo gratis a la sauna Finlandesa de los spas más prestigiosos, notando un bajón de tensión al intentar andar a 45 grados a la sombra mientras continúas gritando a niños que no miran al cruzar por la calle, o que lloran todo el día sin parar, en espera de una buena tunda.
¿Será mejor la semana que viene, cuando nos vayamos a la playa, y desplacemos el procedimiento unos kilómetros al sur?. ¡Que se preparen los indigentes! (léanse capítulos previos de mi vida...).
Para terminar de arreglarlo, hemos montado una ONG pajaril, y todo aquel pájaro, estuviera desvalido o no, que estando en la calle, es susceptible de ser atrapado por humanos no demasiado ágiles en sus movimientos, acaba en una jaula-orfanato, alimentado cada dos horas a jeringuillazos con los más avanzados productos según raza y características del bicho.
De este modo, aquí la capulla integral, ha preparado, entre medias de lo descrito en el término vacaciones, varias papillas, para que estuvieran recientes, para dos gorriones, uno medio moribundo, y para un híbrido entre gorrión y hormiga, pequeño de tamaño, pero piador nato, superando a mis hijos en continuidad y en intensidad del piar...
Por supuesto, mi muy cercano a exmarido segundo, de guardia una vez más.
Desde luego, esto no es todo. Correspondería a un día de lo más normal...
Para apretarme más las tuercas, y por si tenía poco con la, menos mal que pequeña quemadura de 2º grado en pecho de la menor el día de San juan, al desoir cualquier consejo acerca de la correcta utilización de las bengalas ( más de 9567 explicaciones previas); hoy, el mayor, mientras lloraba, ¡cómo no!, intentando explicarnos a mi suegra y a mí, por qué las hermanas no le dejaban jugar a un juego que era suyo, ha decidido, ni corto ni perezoso, y de nuevo, sin motivo aparente, depositar su huella dactilar en la plancha, por supuesto recién apagada y calentita, para que de mayor, no consigan cazarlo las brigadas policiales cuando delinca...
Tal es mi desesperación con ellos, que, mientras mi suegra le sumergía el dedo en vinagre, yo, he pensado que no me iba a quedar también sin tomarme mi café con leche, y he seguido mojando galletas compulsivamente en la taza, en un intento de evasión de mi devenir, sin querer plantearme qué ha pensado esa malvada criatura en el momento de los hechos, porque ni siquiera creo que le sirva de escarmiento, ya que pertenecen a un nivel mucho más sofisticado y perverso...
viernes, 29 de junio de 2012
domingo, 17 de junio de 2012
Sin motivo aparente
Mientras me bebo un zumo de arándanos del Ikea, fresco, manchándome el camisón al intentar repelar el final, empujando, el cubito de hielo los restos de fruta hacia mi persona y vestimenta; releo la agenda del colegio del primogénito : " ha traído hoy a clase una cebolla, sin motivo aparente. Además, se ha echado , en clase, agua de su botella por la cabeza".
Analicemos el hecho en sí. Porque cualquier explicación dada por el infante para aclarar el tema a debate, sería por mí despreciada como falsa y perturbada.
¿Qué motivo puede ser el aparente, como indica el profesor, para que un individuo se lleve, a escondidas de sus abuelas ( que eran las responsables, porque yo volvía ese citado día de mi guardia), una cebolla a clase?. A mí no se me ocurre ninguno razonable, y no razonable, tampoco.
El pobre hombre sospechó que algo ocurría, cuando la clase entera comenzó a oler a cebolla. No le costó detectar al culpable, que escondía la cebolla, despedazada, en su babi.
A cada uno que le preguntaba, le contaba una historia diferente. En mi caso la respuesta fue: "es que quería enseñarles a cocinar..."
En ese caso, tendré que contactar con Carlos Arguiñano, que se está perdiendo a uno de sus mejores pinches. Eso, e impedirle a mi suegra que lo coloque a su lado mientras cocina, que según parece, no le sienta demasiado bien.
Pensamos que la mediana, sabía algo del tema, por lo que espero el momento para citarlos a los tres y que me oferten una aclaración conjunta, que creo , si la grabara, sería lider de audiencia en youtube.
Por otra parte , el problema del agua sobre la cabeza es mucho más razonable. Hace mucho calor en la ciudad en la que nos encontramos, y, en un momento determinado, tal acto no sería considerado vil ni deplorable, sino, por el contrario, imprescindible llegado el caso.
Pero abramos la agenda de nuevo y veamos lo que pone al azar varios días:
Martes: "A la hora del comedor, se le ha dicho que no juegue al sol, por el calor que hacía, y no ha hecho caso, a pesar de las numerosas advertencias". Qué raro, que mi hijo desobedezca...
Miércoles: "Se ha portado mal. Además, marranea un libro corrigiéndoselo él mismo sin permiso. Un saludo".
Viernes: "Se ha portado fatal en la clase de Inglés con la lectura. No hace caso a nada".
Miércoles de varias semanas antes: "Últimamente se está portando fatal". ¿Cómo que últimamente, pero es que se ha portado bien en algún momento del año?.Supongo que el pobre profesor ya no sabe ni qué manisfestarme en sus desesperadas notas.
Espero que el mes de vacaciones, consiga recuperarse y no decida abandonar la enseñanza...
Analicemos el hecho en sí. Porque cualquier explicación dada por el infante para aclarar el tema a debate, sería por mí despreciada como falsa y perturbada.
¿Qué motivo puede ser el aparente, como indica el profesor, para que un individuo se lleve, a escondidas de sus abuelas ( que eran las responsables, porque yo volvía ese citado día de mi guardia), una cebolla a clase?. A mí no se me ocurre ninguno razonable, y no razonable, tampoco.
El pobre hombre sospechó que algo ocurría, cuando la clase entera comenzó a oler a cebolla. No le costó detectar al culpable, que escondía la cebolla, despedazada, en su babi.
A cada uno que le preguntaba, le contaba una historia diferente. En mi caso la respuesta fue: "es que quería enseñarles a cocinar..."
En ese caso, tendré que contactar con Carlos Arguiñano, que se está perdiendo a uno de sus mejores pinches. Eso, e impedirle a mi suegra que lo coloque a su lado mientras cocina, que según parece, no le sienta demasiado bien.
Pensamos que la mediana, sabía algo del tema, por lo que espero el momento para citarlos a los tres y que me oferten una aclaración conjunta, que creo , si la grabara, sería lider de audiencia en youtube.
Por otra parte , el problema del agua sobre la cabeza es mucho más razonable. Hace mucho calor en la ciudad en la que nos encontramos, y, en un momento determinado, tal acto no sería considerado vil ni deplorable, sino, por el contrario, imprescindible llegado el caso.
Pero abramos la agenda de nuevo y veamos lo que pone al azar varios días:
Martes: "A la hora del comedor, se le ha dicho que no juegue al sol, por el calor que hacía, y no ha hecho caso, a pesar de las numerosas advertencias". Qué raro, que mi hijo desobedezca...
Miércoles: "Se ha portado mal. Además, marranea un libro corrigiéndoselo él mismo sin permiso. Un saludo".
Viernes: "Se ha portado fatal en la clase de Inglés con la lectura. No hace caso a nada".
Miércoles de varias semanas antes: "Últimamente se está portando fatal". ¿Cómo que últimamente, pero es que se ha portado bien en algún momento del año?.Supongo que el pobre profesor ya no sabe ni qué manisfestarme en sus desesperadas notas.
Espero que el mes de vacaciones, consiga recuperarse y no decida abandonar la enseñanza...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)