domingo, 20 de noviembre de 2011

Fin de semana

Recogida del cole, el mayor me indica todos los días al verme las buena nuevas ( que nunca son buenas): un punto negro esta vez. Y yo me pregunto : ¿ bajo qué punto de vista se puede otorgar a  la conducta de un individuo de seis años un punto de semejante color, y lo más importante: qué beneficios se obtienen con dicho premio inverso?.
La verdad es que no le doy importancia alguna, y en todo caso me resultan hasta graciosas ese tipo de apreciaciones educativas, pero procuro mantener el tipo delante del niño y simular que me importuna de algún modo su comportamiento.
La otras dos, en seguida me remarcan que ellas se han portado excelentemente, cosa que no cuadra cuando la gente, desde fuera, las ve abalanzarse sobre la merienda, incluso registrándome el bolso, como si no hubieran comido en la vida, hasta pegándose si fuera preciso en busca de la obtención del bocado más grande.
Cargada de mochilas, deberes, chaquetas  y las manos de dos niños de tres, intentamos dirigirnos hacia casa (realmente ese propósito lo tengo yo sola). De camino, peleas por coger todas las porquerías que encuentran por el suelo , o ramas de árboles, que ocasionan disputas por su tamaño ( como siempre, lo más grande o largo es lo más preciado...), y en medio del lío y lo aturdida que me llevan, la mediana, mirando hacia atrás, se da un camotazo contra una farola. Lo primero es el pensamiento de: voy a matarla, pero claro, la criatura llora y tiene una cara de "gran lástima" y me enternece, al fin y al cabo es mi hija, teniendo que colocarme mejor todo lo que llevo en las manos, para poder cogerla en brazos, mientras la pequeña me tira del brazo para que la coja a ella también.
Llegamos a casa, y se me ocurre ponerle hielo en la zona maltrecha. Error. La pequeña también quiere y con las manos en sendos parietales, llorando a moco tendido, empieza a gritar que le duele la cabeza a ella también, y que le ponga hielitos.
Mientras tanto, el otro, que aprovecha cualquier opción para hacer de las suyas, da con unas tijeras y se pone a recortar de las revistas regalos para pedírselos a los reyes, entre ellos, una "tableta", indicándome que así no tendrá que cogerme del cajón mi iPad.
Si me dedicara a gritar más de lo que lo hago, creo que los vecinos llamarían a la polícia local  para que me recogieran una temporada , pero realmente, me vendría bien, porque es un modo de descarga y de liberación de estrés acumulado.
Tanto que hay talleres de risoterapia, y la gente ríe en espera de mejorar sus vidas, ¿por qué no hay gritoterapia, mucho más eficaz de todas todas?.
El día siguiente, Sábado, fué mucho mejor, porque con la figura paterna presente, sólo nos toman el pelo un 90%.
Lo primero tras desayunar, los deberes: se dedican a chincharse los unos a los otros, a tirarse los colores a la cabeza , a borrarse lo hecho o a pintarse las hojas, por lo que terminamos separándolos, y con alguna que otra amenaza y borrando una y otra vez lo que hacen mal a propósito, acaban; y conseguimos vestirlos en menos de una hora y salir hacia nuestro destino: vamos a comer un arroz con unos amigos.
La descripción de una comida con ellos en cualquier restaurante la tenéis en episodios previos de este serial, podéis releerla y concuerda para todas las veces, con algunas variaciones: la mediana en este caso, decidió morder la copa, para llenar su boca de cristales. Su padre quiso matarla, pero primero se aseguró de que no se había hecho nada, y acto seguido, la castigó de pie, a nuestro lado, sin postre.
Por su parte el arroz y conejo estaba tan salado que ni las aceitunas en salmurera lo están tanto, y tras quejarnos, quisieron convencernos de que se podía comer poniéndonos de ejemplo a tres clientes ( bebedores habituales del local, conocidos por la amiga que venía con nosotros porque había trabajado allí hacía tiempo), inflados a cerveza, con la boca quemada de tanto tabaco y tanto carajillo, a los que no les había parecido salado.! No te jode ¡. Y si se la pones a un muerto tampoco se lo parece.
Pagamos, pero saben bien que no volveremos nunca más. Tal y como están las cosas con la crisis y no regalarnos ni los postres, cuando todos dejamos arroz en nuestro plato. Todos no, los zagales se comieron hasta las copas, como os he dicho, pero se tiraron toda la tarde pidiendo agua.
El Domingo, de nuevo sin nuestro oso gigante de peluche. Por la mañana los he sacado al parque un rato para poder comprar el pan y que mi pobre suegra pudiera hacernos de comer. Por supuesto no ha habido siesta, y la tarde de lluvia y frío ha sido de lo más aburrida encerrados en casa, por lo que no tengo mucho más que contaros. Además estaréis entretenidos con los recuentos de las votaciones, así es que os dejo hasta otro día.

2 comentarios:

  1. Cada vez se supera Nuria en sus aventuras y desventuras ¿ no se cortó la boca? si es así es la cereteza de que " el angel de la guarda" existe ( alguna vez se va de vacaciones).
    Estoy de acuerdo contigo en lo del punto negro, deberias pedir la tabla de valoraciones y como se puede saber si el punto merecido es blanco, verde , amarillo, azul .....
    Si se valoraran con puntos las actitudes y aptitudes de algunos maestros también me pregunto cuantos llevarían punto negro.
    ¿ Y nuestros políticos ? ¿ cuantos se merecen un punto negro pero en el culo, acompañado de una patada?. Un beso.

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  2. El punto negro, la cara triste.... Métodos muy poco pedagójicos. Al final el crio se acostumbra a los puñeteros puntos y lo que es peor, piensa que es lo que se espera de el y como tal actua...
    Ese crio vale mucho.

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