lunes, 13 de mayo de 2013

Lola ha muerto de nuevo.

No sería justo ignorar la muerte de la segunda roedora, cuando el éxitus de la primera, ocasionó gran parte de la idea de este blog.
Por ello, pasaré a relatar este reciente fallecimiento.
Era una mañana del mes de Mayo, mes de las flores, las comuniones, algunas bodas, y, en este caso, algún que otro óbito, cuando, al salir a limpiar el patio , lo que denominaríamos asistenta (de la cual se podrían escribir cientos de capítulos paralelos...), detectó un olor extraño, algo rancio, y decidió ubicar la causa, buscando primero en la jaula de canarios y jilgueros, que han sufrido numerosas bajas este invierno, por culpa de Neumonías u otras enfermedades , llevándose por delante más de la mitad de la población ( de lo cual, no me quejo, si he de ser sincera...).
Acto seguido, y tras comprobar que estaban todos en sus posiciones habituales, movió la jaula de la preciada hámster, y empezó a llamarla por su nombre: Lola, Lolita, Lola... pero la Lola no respondió, porque debía llevar tiesa bastantes horas.
Agradezco no haberla visto por estar trabajando, porque ya tuve bastante con ver a la primera, tan disecada ella, y es mejor recuerdo que esta, que ya estaba en estado de descomposición aparente...
Me queda la conciencia bien tranquila, puesto que yo no he tenido culpa alguna en esta ocasión, porque ni le daba el sol, ni le faltaba agua o comida.
El meollo de la cuestión llega así como cuatro o cinco días después, cuando la mediana descubre que su Lolita ya no estaba entre nosotros, y decide llorar a moco tendido, sin tener claro la localización de su ratita. Es entonces cuando su hermana pequeña, la de cuatro años y carita de ángel le dijo: ¡que está muerta, pringá!.
El mayor, intentó consolar a la interfecta diciéndole que estaría en el cielo, con las estrellas, pero la pequeña , en un alarde de realismo extremo, insistió en dejarle las cosas claras y añadió a la conversación entre hermanos: no está en el cielo, ¡los muertos están en el cementerio!.
No digo yo que no tenga razón en sus afirmaciones, pero con su edad, tal vez debería ser algo más tierna.
Me da la impresión de que aquellos que se interpongan en el camino de mi nenita lo van a tener pero que muy crudo.


1 comentario:

  1. Pues hija mía, siempre tiene que haber uno que diga las cosas claras!!! Yo de tí no adoptaba ningún inquilino más, si te cuento yo la última, casi como alguna de las tuyas, pero en este caso no fueron los niños...fuimos nosotros y los niños se quedaron patidifusos en la silla intentando comprender qué había pasado, claro que después del shock, arrancaron a llorar.
    Estaba cociéndose la sopa para la cena, el mango del cazo hacia fuera (cuando tengo dicho que siempre hacia dentro) y en un despiste algún codo rozó el mango y salió volando sopa y cazo con la mala suerte de que la perra pasaba en ese momento por ahí...y le cayó encima, saliendo la perra despavorida, mi marido detrás de la perra para cogerla y meterla en el grifo del fregador, marido y perra de nuevo por los aires, costalazo, yo corriendo de aquí para allá sin rumbo fijo con la perra en brazos hacia algún lugar donde pudiera meterla al agua, los críos olvidados en un rincón de la cocina, y por fin con la perra empapada, el marido magullado y yo un poco más ubicada, me paro en la cocina intentando asimilar todo y es cuando veo que los dos olvidados comienzan a la vez a llorar, con la buena suerte de que no les había caído ni una gota de sopa...es parecido a lo tuyo, pero no es igual

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